¡Tengo un problema!

 Buenas tardes, familias:

En el aula solemos dedicar mucho tiempo a resolver problemas, pero es importante no olvidar una tarea igual o incluso más valiosa inventar problemas”.


En el aulde 3º, para trabajar este aspecto, utilizamos el “generador de problemas”. A través de esta actividad invitamos al alumnado a crear sus propios enunciados a partir de una situación, unos datos o una imagen. Esta propuesta, aunque a simple vista parece sencilla, implica procesos cognitivos complejos y muy ricos para el aprendizaje.



Inventar un problema no consiste solo en redactar un texto; exige “comprender profundamente” la estructura de los problemas matemáticos, anticipar qué operaciones, relaciones o razonamientos pueden intervenir y dar forma a un contexto que tenga sentido. Cuando ellos alumnos  inventan un problema, movilizan habilidades como la creatividad, la toma de decisiones, la capacidad de abstracción y la comunicación matemática.


Además, esta actividad pone de manifiesto una realidad que a menudo pasa desapercibida: 


“crear un problema es más difícil que resolverlo”.


Para ello el alumnado debe seleccionar información relevante, descartar lo accesorio y asegurarse de que el problema sea coherente y tenga solución. Todo ello hace visible la complejidad que hay detrás de cualquier enunciado que normalmente reciben ya preparado.


Trabajar la invención de problemas también ayuda al alumnado a que comprenda mejor lo que deben resolver.


 Les permite ver “el otro lado” del proceso, entender por qué un problema funciona como funciona y reconocer patrones comunes. Así desarrollan una mirada más crítica y madura hacia las matemáticas, alejándose de la repetición mecánica.


Y para llevarlo a cabo necesitan escoger de la caja:


-las cifras que serán los datos del problema.

-los signos que determinarán la operación a realizar.

-las situaciones en las que se van a desarrollar los problemas.









Aquí tenemos algunas fotos de ello:















El “generador de problemas” es, por tanto, una herramienta que fomenta la comprensión profunda, la creatividad, la autonomía y la competencia matemática en su conjunto. Integrarlo habitualmente en el aula no solo mejora la capacidad para resolver problemas, sino que transforma la manera en que el alumnado se relaciona con ellos.


¡Seguiremos caminando!

¡Hasta la próxima aventura!

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